sábado, 5 de mayo de 2012


“En la Universidad, tenemos la  obligación de crear; necesitamos actitudes emprendedoras.”



. Yo soy partidaria de que los problemas en ciencia, tienen que abordarse siempre, 

  desde una perspectiva multidisciplinar.



 Ángeles Heras Caballero es  profesora titular del Departamento de Química Física II, de la  Facultad de Farmacia, de la Universidad Complutense. Cuenta, con más de ochenta  publicaciones de carácter científico, además de una patente que consiste, en la síntesis de un derivado de quitosano. Este término ha constituido desde 1989, el motivo central de sus investigaciones que, actualmente, desarrolla junto a un entusiasta pero reducido equipo de jóvenes investigadoras, a las que dirige, en la sede el Instituto de Estudios Biofuncionales.  Ha sido además, directora general del Ministerio de Sanidad y Consumo y  del Instituto Nacional de Consumo y Subdirectora General de Becas y  Formación del Personal Investigador del Ministerio de Educación.



La Dr. Heras Caballero dirige el grupo de investigación complutense especializado en quitinas y quitosanos. Está ubicado en la sede del Instituto de Estudios Biofuncionales, que comparte edificio, con otra destacada institución investigadora complutense, como es: el Instituto de Estudios Pluridisciplinares.



P.- Usted, es cordobesa de nacimiento y profesora de aquella Universidad andaluza, en su especialidad. En el año 1990, sacó plaza por oposición de profesora en la Complutense. ¿Ya entonces sus estudios estaban orientados hacia los quitosanos?





R.- Sí. Comencé a trabajar en quitinas y quitosanos, en el año 89. Justo cuando estaba preparando la oposición, para venirme  aquí, ya  traje una tesis doctoral que acabó leyéndose  en Madrid, sobre quitina y quitosanos.



P.- ¿Cómo fue el orientarse en este campo? ¿Fue una cuestión de azar, de necesidad o acaso también, de  curiosidad?



R.- Bueno, un poco de todo. Yo había hecho mi tesis doctoral. Y mi formación de doctoranda, fue en electroquímica, que es una rama dentro de la Química Física, de la que acabé, no demasiado contenta. Porque no me veía yo, siempre trabajando en ésa investigación. En la época de post-doc, me reconvertí hacia una investigación más biológica, y sobre todo, más aplicada. Para entonces, yo ya tenía muy claro que lo que quería hacer, eran investigaciones a las que se viera la aplicación. No inmediatamente. Porque no se puede ver el fruto inmediatamente, de las aplicaciones. Pero sí, que fueran  aplicadas. A través de una serie de lecturas, y congresos, especialmente uno celebrado en  Cuba; llegué a la quitina y a los quitosanos, como soporte de enzimas y de células

inmovilizadas.  La verdad es que fue mi primer campo de investigación, en el que entré ya en la Biotecnología, trabajando en la inmovilización de enzimas y de células. Así pues, ya pude tener contactos con las primeras empresas, que me financiaron proyectos y con los proyectos del Plan Nacional. De tal manera que, cuando llegué a Madrid en el año 90, ya era investigadora principal, de un proyecto del Plan Nacional. Y también traje una participación, en un proyecto FLAIR de la Unión Europea, donde ya aparecía la quitina, como soporte de enzima.



P.- Un poco para los más profanos, entre los que me cuento: ¿Cómo podrían

      definirse los quitosanos? Y, por abundar: ¿Qué aplicaciones pueden tener?



R.- En primer lugar, lo encuadraría dentro de la “revalorización de residuos de industrias”. Es decir, tienen una vertiente muy útil para las políticas de sostenibilidad, de aprovechar todo lo que hay. Se extraen de las industrias marisqueras. Principalmente, en América y en Asia, y en África también, que exportan todos los mariscos crudos y sin cáscara, y generan, una cantidad de residuos bastante grande. Esos residuos son importantes, porque de ellos, se pueden obtener la quitina y el quitosano.¿Qué son estos productos?  Son unos biopolímeros. Es decir, unos polímeros de origen biológico, que están en el caparazón de todos los crustáceos. En una composición de alrededor de un 10% al 30%. Está en función de las especies y que, una vez obtenidos de esos caparazones, por unas reacciones químicas o enzimáticas; se convierten en unos biopolímeros, que pueden encontrar muchas aplicaciones. ¿Qué tipo de aplicaciones?

En concreto, el quitosano, se puede utilizar en Farmacia, en Cosmética. En la limpieza de aguas y Medio Ambiente. En la industria textil. Digo se puede utilizar, pero de hecho, ya se está utilizando. Al igual que en Alimentación. En todos estos campos, puede encontrar su aplicación, el quitosano.



P.- En este último ámbito de la Alimentación: ¿Qué aplicaciones pueden obtenerse del quitosano?



R.- Ahora mismo, si yo digo quitosano, mucha gente, quizás  no sepa de qué estoy hablando. Pero si digo “chitosan”, probablemente sí lo entiendan muchas más personas. Es inglés, viene de la palabra “chitin”, pronunciada kaitin: que en español es quitina. Esto  es probable que,  muchos lectores, lo hayan visto en herbolarios, parafarmacias y farmacias, porque se comercializa como un complemento alimentario. Se vende en unas cápsulas, cuyo objetivo es adelgazar, absorber grasa. Está ahora mismo, con esa aplicación en el mercado, como otros muchos compuestos que no los voy a llamar milagro, pero que no cumplen todas las normas, ni cumplen las alegaciones buenas  para la salud, como para que sean alimentos. Es decir, no pueden considerarse  aditivos alimentarios. Están simplemente, como complemento nutricional. Esta es  la situación que tiene ahora mismo, el quitosano, en Europa y en América. En Asía, está totalmente aprobado, como un complemento alimentario, por lo que puede estar en surimis, en mezclas de pescado, en carnes también, como aditivo alimentario y “atrapador” de grasas.

También, tiene aplicaciones en la Agricultura. Aquí en España, desde 1998 al 2004, trabajé como asesora de una empresa con la que teníamos un contrato,  que puso en el mercado un producto derivado del quitosano, como bioestimulante de las plantas. Actualmente, el quitosano está permitido como abono en la agricultura orgánica Los registros para su aprobación, por pa$rte del Ministerio de Agricultura y de la  Unión Europea,  han sido bastante exigentes; pero el quitosano  los pasó, en un proceso en el que trabajé personalmente, cuando colaboré con dicha empresa.



P.- Hablando de empresas, usted ha puesto en marcha, una iniciativa empresarial “un spin off”, como se denominan ahora, para patentar y dar una salida comercial, a todas estas investigaciones que está realizando con su equipo, en el laboratorio. ¿Sobre qué áreas está orientado el desarrollo de este proyecto empresarial?



Creo  que es el momento para que los investigadores y las universidades, demos el paso, desde las investigaciones a las  aplicaciones, y generemos tecnología; innovemos, y proporcionemos puestos de trabajo, dentro del entorno de la universidad.

Yo creo que ahora es  el momento. El  país lo necesita. Pero, es que creo además, que estamos capacitados para hacerlo. Entonces, si podemos hacerlo ¿Por qué no lo vamos a hacer? Hay que atreverse. Yo lo estoy haciendo con el grupo de jóvenes investigadoras que tengo conmigo, que son estupendas y que además, por ellas y por el futuro de la gente joven , es por lo que creo que debemos hacerlo los investigadores e investigadoras más maduros.

La empresa se basa en líneas de negocio sobre quitosanos, que son un aprovechamiento de residuos desechables de una industria y, lo mismo que éstas industrias, hay otras que tienen unos residuos, con unas propiedades funcionales, a las que pueden encontrárseles más valor añadido que el que, actualmente, se  le está dando. Vamos a empezar por el quitosano que, en cuanto a  su utilización en farmacia, y  en alimentación; está a punto  de ser aprobado por la FDA (Federal Drug Administration) de EE UU y a continuación, probablemente, por la Unión Europea .Lo que hace que sea un momento bueno, para que quitosanos  de calidad y bien obtenidos, y con las caracterizaciones totalmente normalizadas; adquieran en el mercado, un valor alto. Para esto, los grupos de  investigación que tenemos una gran experiencia, y que sabemos cómo obtener, y caracterizar, ése determinado quitosano, - ya que no valen todos  para todo, sino que son específicos-, tenemos la  obligación  moral de sacarlos al mercado y no tener que comprárselos a otros países. En ese sentido, es en el que vamos a preparar ingredientes funcionales. Para Alimentación, para Farmacia y para Cosmética; cuya base va a ser el quitosano y otros ingredientes funcionales, que estén en el mercado,  o en nuestros campos de investigación.



P.- Hablaba usted hace un momento de ése joven equipo de investigadoras que conforman su equipo. ¿Quiénes  son y de dónde proceden?



Desde el año 89 hasta ahora, he dirigido ya seis tesis de investigación en este campo, y actualmente es verdad, son  todas mujeres, en el grupo de investigación. No tengo nada, ni a favor, ni en contra. Es que son, justo las que lo solicitan. Cuando se saca a concurso, un contrato de investigación, pues aparecen más mujeres que hombres. Y además, suelen ser las que presentan mejor background, mejores currículos. Actualmente, hay dos doctoras que no se han formado en mi grupo, pero que con su incorporación, han sumado unos conocimientos muy complementarios. Yo soy partidaria de que los problemas en ciencia, tienen que abordarse siempre, desde una perspectiva multidisciplinar. Así, tengo una doctora en Farmacia, Inmaculada Mateos. Tengo una doctora en Biología, Elena Lecumberri, ambas con un amplio conocimiento en Alimentación, complementos nutricionales y elementos antioxidantes, que colaboran conmigo. Luego, hay dos doctorandas, una que  es bióloga y ya ha entregado la tesis, y que venía licenciada por la Universidad  de Granada. Está contratada dentro del proyecto del Plan Nacional que dirijo. Se llama Ruth Expósito Harry. Tengo también una becaria de  FPU que se llama, Mariam López Mengíbar.  Es química, y además, ha realizado el segundo ciclo, en tecnología de alimentos, y que va a leer la tesis doctoral, en este año 2010, dentro de un programa de Veterinaria; mientras que su compañera lo hará, en un programa de Bioquímica y Biología Molecular. Y hoy justamente, se ha incorporado otra chica, para realizar su tesis, Laura Calderón Ramírez, que viene de realizar un master en Ciencias Aplicadas, del Espacio Europeo, en Irlanda. Y va a trabajar aquí con quitosanos. También, ha aportado sus conocimientos de colágeno. Y luego, tenemos otra chica que entró como becaria del Programa de técnicos Fivnova  y que ahora, podemos contratar con dinero de contratos de empresas. Se llama Susana Iglesias Morales. Aunque estoy abierta a que vengan investigadores también,  no se presentan.



¿Con qué ayudas y subvenciones contáis, para realizar vuestra labor?



De momento, hemos tenido suerte, o hemos trabajado bien. Supongo que es una mezcla de las dos cosas. Yo siempre he tenido proyectos del Plan Nacional. He tenido proyectos europeos; y también iberoamericanos., de los que he sido coordinadora, en alguna red.

Actualmente, tenemos contratos con empresas, a través del artículo 83. Y lógicamente, el fuerte de los contratos es, y debe ser,- subrayo-, la contratación de gente joven.



¿Cómo se denomina la empresa?



La empresa se  llama INFIQUS. Innovaciones, Físicas y Químicas Sostenibles. En el nombre pusimos una denominación vendible. Porque cuando se saca algo al mercado, tiene que tener muy buena imagen, y muy buena calidad. También creemos, como le he dicho inicialmente, que la idea de nuestra empresa es gastar menos energía, menos enzimas; obteniendo un producto de los residuos, que además contaminan. Y vamos a hacer algo importante, obtener el quitosano y aplicarlo a todo lo demás. Una de esas aplicaciones que no hemos dicho, es que forma películas. Ahora mismo, hay muchos grupos de investigación, obteniendo películas comestibles y biodegradables, para envolver alimentos. Ahí el quitosano tiene mucho que decir. Y es un plástico biodegradable. Te lo puedes comer si quieres. Ahora hace falta  que tengamos suerte.  Yo creo que en la vida, no siempre  lo importante es el ser, sino el estar. Y es muy importante, estar en el sitio adecuado y en el momento adecuado. Por supuesto, tienes que tener los conocimientos y demás, pero es muy  importante, el tiempo y el espacio. Entonces, se tienen que dar esas cosas, para que vaya bien. Esperemos que vaya bien. Indudablemente,  yo confío, creo y   trabajo, para ello.



¿Cómo calificaría usted las  actuales estructuras empresariales que dan forma y salida a las iniciativas de investigación universitarias? ¿Son completas? ¿Cuentan con los suficientes apoyos o son todavía,  manifiestamente mejorables?



Yo diría que los españoles  no somos la típica sociedad de emprendedores. Ni lo somos, ni lo hemos sido. Y actualmente, tampoco lo somos, en general. Eso quiere decir que, desde las estructuras, desde las organizaciones, en las que cada uno estemos, en estos momentos, en que se necesita además, que seamos emprendedores, para que nuestro país encuentre otro modelo de producción, además de la construcción; pues se necesita mucho apoyo, por parte de todo el mundo. Y sobre todo, se necesita en la docencia.  Yo entiendo que a los jóvenes licenciados ahora, yo ya no lo soy hace tiempo, hay que crearles el gusanillo de ser emprendedor. Eso es difícil, porque durante siglos, no lo hemos tenido. Nunca hemos recibido educación, en ese sentido. Y además pasa otra cosa. Hay sectores en los que una gran parte de los empresarios, no tienen ni el bachiller .No son  licenciados. Eso es fundamental. En la Universidad, yo creo que en docencia y en investigación, tenemos la obligación, las estructuras universitarias y  absolutamente todos; de crear actitudes emprendedoras.                                                       



P.- Finalmente: ¿En qué líneas de investigación están su equipo y usted, actualmente

      trabajando?



R.- Participamos en un consorcio de grupos de investigación, de Agroenergética . Y  lo hacemos con un grupo de la  Universidad Politécnica; sintonizando aún sin saberlo, puesto que fue antes;  con el recién creado, campus de excelencia internacional de Moncloa . Participamos: un equipo de Agronomía., otro de Ingeniería Química, de la Complutense.  Otro grupo de Catálisis  del CSIC, y nosotros.

El grupo de la Politécnica es experto en Agroenergética y grandes conocedores de un tipo de cardo  silvestre,  que se encuentra en Madrid. El grupo de Ingeniería Química, va a obtener de aquí, de esta planta, toda la biomasa y la va a gasificar, como biocombustible; mientras que el grupo del CSIC, va a obtener bio-diesel.

Los residuos que queden de lo que técnicamente, se denomina “la torta” de la alcachofa, ahí vamos nosotros a entrar para reutilizar, todos los ingredientes funcionales que contenga. Esos aceites que contiene,  pueden utilizarse en Alimentación. Ese proyecto es  a cuatro años, concedido recientemente  por la Comunidad de Madrid y nos va a permitir, unir los residuos procedentes de energías renovables  y juntarlos con los quitosanos. Estamos trabajando también con otras empresas, con  convenios de confidencialidad, con quitosanos y otros  ingredientes, sobre los que  de momento, no puedo extenderme más.

Luego, dirijo  también un proyecto del Plan Nacional, de obtención de quitosanos funcionales. Todos estos proyectos están  dentro del área de biomateriales. Porque el quitosano es un biopolímero, y está englobado dentro de los biomateriales, aunque  tenga distintas aplicaciones, como en Cosmética  y Farmacia, donde está por homologar su empleo, para combatir el exceso de colesterol.                   

***

                                         

La  Dra. Ángeles Heras Caballero (tercera por la derecha del lector)

con su equipo de jóvenes investigadoras, en la sede del  Instituto de

Estudios Biofuncionales, donde experimentan con los quitosanos.

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