“En la
Universidad, tenemos la obligación de
crear; necesitamos actitudes emprendedoras.”
. Yo soy
partidaria de que los problemas en ciencia, tienen que abordarse siempre,
desde una perspectiva multidisciplinar.
Ángeles
Heras Caballero es profesora titular del
Departamento de Química Física II, de la Facultad
de Farmacia, de la
Universidad Complutense. Cuenta, con más de ochenta publicaciones de carácter científico, además
de una patente que consiste, en la síntesis de un derivado de quitosano. Este
término ha constituido desde 1989, el motivo central de sus investigaciones que,
actualmente, desarrolla junto a un entusiasta pero reducido equipo de jóvenes
investigadoras, a las que dirige, en la sede el Instituto de Estudios Biofuncionales.
Ha sido además, directora general del
Ministerio de Sanidad y Consumo y del
Instituto Nacional de Consumo y Subdirectora General de Becas y Formación del Personal Investigador del
Ministerio de Educación.
La Dr. Heras Caballero dirige el grupo de investigación
complutense especializado en quitinas y quitosanos. Está ubicado en la sede del
Instituto de Estudios Biofuncionales, que comparte edificio, con otra destacada
institución investigadora complutense, como es: el Instituto de Estudios
Pluridisciplinares.
P.- Usted,
es cordobesa de nacimiento y profesora de aquella Universidad andaluza, en su
especialidad. En el año 1990, sacó plaza por oposición de profesora en la
Complutense. ¿Ya entonces sus estudios estaban orientados hacia los quitosanos?
R.- Sí. Comencé a trabajar en quitinas y quitosanos,
en el año 89. Justo cuando estaba preparando la oposición, para venirme aquí, ya traje una tesis doctoral que acabó leyéndose en Madrid, sobre quitina y quitosanos.
P.- ¿Cómo
fue el orientarse en este campo? ¿Fue una cuestión de azar, de necesidad o
acaso también, de curiosidad?
R.- Bueno, un poco de todo. Yo había hecho mi tesis
doctoral. Y mi formación de doctoranda, fue en electroquímica, que es una rama
dentro de la Química Física ,
de la que acabé, no demasiado contenta. Porque no me veía yo, siempre trabajando
en ésa investigación. En la época de post-doc,
me reconvertí hacia una investigación más biológica, y sobre todo, más
aplicada. Para entonces, yo ya tenía muy claro que lo que quería hacer, eran
investigaciones a las que se viera la aplicación. No inmediatamente. Porque no
se puede ver el fruto inmediatamente, de las aplicaciones. Pero sí, que
fueran aplicadas. A través de una serie
de lecturas, y congresos, especialmente uno celebrado en Cuba; llegué a la quitina y a los quitosanos,
como soporte de enzimas y de células
inmovilizadas. La verdad es que fue mi primer campo de
investigación, en el que entré ya en la Biotecnología, trabajando en la
inmovilización de enzimas y de células. Así pues, ya pude tener contactos con
las primeras empresas, que me financiaron proyectos y con los proyectos del
Plan Nacional. De tal manera que, cuando llegué a Madrid en el año 90, ya era
investigadora principal, de un proyecto del Plan Nacional. Y también traje una
participación, en un proyecto FLAIR de la Unión Europea, donde ya aparecía la
quitina, como soporte de enzima.
P.- Un poco
para los más profanos, entre los que me cuento: ¿Cómo podrían
definirse los quitosanos? Y, por abundar:
¿Qué aplicaciones pueden tener?
R.- En primer lugar, lo encuadraría dentro de la
“revalorización de residuos de industrias”. Es decir, tienen una vertiente muy
útil para las políticas de sostenibilidad, de aprovechar todo lo que hay. Se
extraen de las industrias marisqueras. Principalmente, en América y en Asia, y
en África también, que exportan todos los mariscos crudos y sin cáscara, y generan,
una cantidad de residuos bastante grande. Esos residuos son importantes, porque
de ellos, se pueden obtener la quitina y el quitosano.¿Qué son estos
productos? Son unos biopolímeros. Es
decir, unos polímeros de origen biológico, que están en el caparazón de todos
los crustáceos. En una composición de alrededor de un 10% al 30%. Está en
función de las especies y que, una vez obtenidos de esos caparazones, por unas
reacciones químicas o enzimáticas; se convierten en unos biopolímeros, que
pueden encontrar muchas aplicaciones. ¿Qué tipo de aplicaciones?
En concreto, el quitosano, se puede utilizar en
Farmacia, en Cosmética. En la limpieza de aguas y Medio Ambiente. En la
industria textil. Digo se puede utilizar, pero de hecho, ya se está utilizando.
Al igual que en Alimentación. En todos estos campos, puede encontrar su
aplicación, el quitosano.
P.- En este
último ámbito de la Alimentación: ¿Qué aplicaciones pueden obtenerse del
quitosano?
R.- Ahora mismo, si yo digo quitosano, mucha gente,
quizás no sepa de qué estoy hablando.
Pero si digo “chitosan”, probablemente sí lo entiendan muchas más personas. Es
inglés, viene de la palabra “chitin”,
pronunciada kaitin: que en español es quitina. Esto es probable que, muchos lectores, lo hayan visto en
herbolarios, parafarmacias y farmacias, porque se comercializa como un
complemento alimentario. Se vende en unas cápsulas, cuyo objetivo es adelgazar,
absorber grasa. Está ahora mismo, con esa aplicación en el mercado, como otros
muchos compuestos que no los voy a llamar milagro, pero que no cumplen todas
las normas, ni cumplen las alegaciones buenas para la salud, como para que sean alimentos.
Es decir, no pueden considerarse aditivos
alimentarios. Están simplemente, como complemento nutricional. Esta es la situación que tiene ahora mismo, el
quitosano, en Europa y en América. En Asía, está totalmente aprobado, como un
complemento alimentario, por lo que puede estar en surimis, en mezclas de pescado, en carnes también, como aditivo
alimentario y “atrapador” de grasas.
También, tiene aplicaciones en la Agricultura. Aquí en
España, desde 1998 al 2004, trabajé como asesora de una empresa con la que
teníamos un contrato, que puso en el
mercado un producto derivado del quitosano, como bioestimulante de las plantas.
Actualmente, el quitosano está permitido como abono en la agricultura orgánica
Los registros para su aprobación, por pa$rte del Ministerio de Agricultura y de
la Unión Europea, han sido bastante exigentes; pero el
quitosano los pasó, en un proceso en el
que trabajé personalmente, cuando colaboré con dicha empresa.
P.- Hablando
de empresas, usted ha puesto en marcha, una iniciativa empresarial “un spin off”, como se denominan ahora, para
patentar y dar una salida comercial, a todas estas investigaciones que está
realizando con su equipo, en el laboratorio. ¿Sobre qué áreas está orientado el
desarrollo de este proyecto empresarial?
Creo que es el
momento para que los investigadores y las universidades, demos el paso, desde
las investigaciones a las aplicaciones,
y generemos tecnología; innovemos, y proporcionemos puestos de trabajo, dentro
del entorno de la universidad.
Yo creo que ahora es el momento. El país lo necesita. Pero, es que creo además,
que estamos capacitados para hacerlo. Entonces, si podemos hacerlo ¿Por qué no
lo vamos a hacer? Hay que atreverse. Yo lo estoy haciendo con el grupo de
jóvenes investigadoras que tengo conmigo, que son estupendas y que además, por
ellas y por el futuro de la gente joven , es por lo que creo que debemos
hacerlo los investigadores e investigadoras más maduros.
La empresa se basa en líneas de negocio sobre
quitosanos, que son un aprovechamiento de residuos desechables de una industria
y, lo mismo que éstas industrias, hay otras que tienen unos residuos, con unas
propiedades funcionales, a las que pueden encontrárseles más valor añadido que
el que, actualmente, se le está dando. Vamos
a empezar por el quitosano que, en cuanto a
su utilización en farmacia, y en
alimentación; está a punto de ser
aprobado por la FDA
(Federal Drug Administration) de EE
UU y a continuación, probablemente, por la Unión Europea .Lo
que hace que sea un momento bueno, para que quitosanos de calidad y bien obtenidos, y con las
caracterizaciones totalmente normalizadas; adquieran en el mercado, un valor
alto. Para esto, los grupos de investigación
que tenemos una gran experiencia, y que sabemos cómo obtener, y caracterizar, ése
determinado quitosano, - ya que no valen todos para todo, sino que son específicos-, tenemos
la obligación moral de sacarlos al mercado y no tener que
comprárselos a otros países. En ese sentido, es en el que vamos a preparar ingredientes
funcionales. Para Alimentación, para Farmacia y para Cosmética; cuya base va a
ser el quitosano y otros ingredientes funcionales, que estén en el mercado, o en nuestros campos de investigación.
P.- Hablaba
usted hace un momento de ése joven equipo de investigadoras que conforman su
equipo. ¿Quiénes son y de dónde
proceden?
Desde el año 89 hasta ahora, he dirigido ya seis tesis
de investigación en este campo, y actualmente es verdad, son todas mujeres, en el grupo de investigación.
No tengo nada, ni a favor, ni en contra. Es que son, justo las que lo
solicitan. Cuando se saca a concurso, un contrato de investigación, pues
aparecen más mujeres que hombres. Y además, suelen ser las que presentan mejor background, mejores currículos. Actualmente, hay dos doctoras que no
se han formado en mi grupo, pero que con su incorporación, han sumado unos
conocimientos muy complementarios. Yo soy partidaria de que los problemas en
ciencia, tienen que abordarse siempre, desde una perspectiva multidisciplinar.
Así, tengo una doctora en Farmacia, Inmaculada
Mateos. Tengo una doctora en Biología, Elena
Lecumberri, ambas con un amplio conocimiento en Alimentación, complementos
nutricionales y elementos antioxidantes, que colaboran conmigo. Luego, hay dos
doctorandas, una que es bióloga y ya ha
entregado la tesis, y que venía licenciada por la Universidad de Granada. Está contratada dentro del
proyecto del Plan Nacional que dirijo. Se llama Ruth Expósito Harry. Tengo también una becaria de FPU que se llama, Mariam López Mengíbar. Es
química, y además, ha realizado el segundo ciclo, en tecnología de alimentos, y
que va a leer la tesis doctoral, en este año 2010, dentro de un programa de
Veterinaria; mientras que su compañera lo hará, en un programa de Bioquímica y
Biología Molecular. Y hoy justamente, se ha incorporado otra chica, para
realizar su tesis, Laura Calderón Ramírez,
que viene de realizar un master en Ciencias Aplicadas, del Espacio Europeo, en
Irlanda. Y va a trabajar aquí con quitosanos. También, ha aportado sus conocimientos
de colágeno. Y luego, tenemos otra chica que entró como becaria del Programa de
técnicos Fivnova y que ahora, podemos
contratar con dinero de contratos de empresas. Se llama Susana Iglesias Morales. Aunque estoy abierta
a que vengan investigadores también, no
se presentan.
¿Con qué
ayudas y subvenciones contáis, para realizar vuestra labor?
De momento, hemos tenido suerte, o hemos trabajado
bien. Supongo que es una mezcla de las dos cosas. Yo siempre he tenido
proyectos del Plan Nacional. He tenido proyectos europeos; y también
iberoamericanos., de los que he sido coordinadora, en alguna red.
Actualmente, tenemos contratos con empresas, a través
del artículo 83. Y lógicamente, el fuerte de los contratos es, y debe ser,-
subrayo-, la contratación de gente joven.
¿Cómo se
denomina la empresa?
La empresa se
llama INFIQUS. Innovaciones,
Físicas y Químicas Sostenibles. En el nombre pusimos una denominación
vendible. Porque cuando se saca algo al mercado, tiene que tener muy buena imagen,
y muy buena calidad. También creemos, como le he dicho inicialmente, que la
idea de nuestra empresa es gastar menos energía, menos enzimas; obteniendo un
producto de los residuos, que además contaminan. Y vamos a hacer algo
importante, obtener el quitosano y aplicarlo a todo lo demás. Una de esas
aplicaciones que no hemos dicho, es que forma películas. Ahora mismo, hay
muchos grupos de investigación, obteniendo películas comestibles y
biodegradables, para envolver alimentos. Ahí el quitosano tiene mucho que
decir. Y es un plástico biodegradable. Te lo puedes comer si quieres. Ahora
hace falta que tengamos suerte. Yo creo que en la vida, no siempre lo importante es el ser, sino el estar. Y es
muy importante, estar en el sitio adecuado y en el momento adecuado. Por supuesto,
tienes que tener los conocimientos y demás, pero es muy importante, el tiempo y el espacio. Entonces,
se tienen que dar esas cosas, para que vaya bien. Esperemos que vaya bien.
Indudablemente, yo confío, creo y trabajo, para ello.
¿Cómo calificaría
usted las actuales estructuras
empresariales que dan forma y salida a las iniciativas de investigación
universitarias? ¿Son completas? ¿Cuentan con los suficientes apoyos o son
todavía, manifiestamente mejorables?
Yo diría que los españoles no somos la típica sociedad de emprendedores.
Ni lo somos, ni lo hemos sido. Y actualmente, tampoco lo somos, en general. Eso
quiere decir que, desde las estructuras, desde las organizaciones, en las que
cada uno estemos, en estos momentos, en que se necesita además, que seamos
emprendedores, para que nuestro país encuentre otro modelo de producción,
además de la construcción; pues se necesita mucho apoyo, por parte de todo el
mundo. Y sobre todo, se necesita en la docencia. Yo entiendo que a los jóvenes licenciados
ahora, yo ya no lo soy hace tiempo, hay que crearles el gusanillo de ser
emprendedor. Eso es difícil, porque durante siglos, no lo hemos tenido. Nunca
hemos recibido educación, en ese sentido. Y además pasa otra cosa. Hay sectores
en los que una gran parte de los empresarios, no tienen ni el bachiller .No son
licenciados. Eso es fundamental. En la Universidad , yo creo
que en docencia y en investigación, tenemos la obligación, las estructuras
universitarias y absolutamente todos; de
crear actitudes emprendedoras.
P.- Finalmente:
¿En qué líneas de investigación están su equipo y usted, actualmente
trabajando?
R.- Participamos en un consorcio de grupos de
investigación, de Agroenergética . Y lo
hacemos con un grupo de la Universidad Politécnica;
sintonizando aún sin saberlo, puesto que fue antes; con el recién creado, campus de excelencia internacional de Moncloa . Participamos: un
equipo de Agronomía., otro de Ingeniería Química, de la Complutense. Otro grupo de Catálisis del CSIC, y nosotros.
El grupo de la Politécnica es experto en Agroenergética y
grandes conocedores de un tipo de cardo silvestre,
que se encuentra en Madrid. El grupo de Ingeniería Química, va a obtener
de aquí, de esta planta, toda la biomasa y la va a gasificar, como
biocombustible; mientras que el grupo del CSIC, va a obtener bio-diesel.
Los residuos que queden de lo que técnicamente, se
denomina “la torta” de la alcachofa, ahí vamos nosotros a entrar para reutilizar,
todos los ingredientes funcionales que contenga. Esos aceites que contiene, pueden utilizarse en Alimentación. Ese
proyecto es a cuatro años, concedido
recientemente por la Comunidad de Madrid y nos
va a permitir, unir los residuos procedentes de energías renovables y juntarlos con los quitosanos. Estamos
trabajando también con otras empresas, con convenios de confidencialidad, con quitosanos
y otros ingredientes, sobre los que de momento, no puedo extenderme más.
Luego, dirijo también un proyecto del Plan Nacional, de
obtención de quitosanos funcionales. Todos estos proyectos están dentro del área de biomateriales. Porque el
quitosano es un biopolímero, y está englobado dentro de los biomateriales,
aunque tenga distintas aplicaciones,
como en Cosmética y Farmacia, donde está
por homologar su empleo, para combatir el exceso de colesterol.
***
La Dra. Ángeles
Heras Caballero (tercera por la derecha del lector)
con su equipo de jóvenes investigadoras, en la sede
del Instituto de
Estudios Biofuncionales, donde experimentan con los
quitosanos.
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